Nuestro mundo ya no es mundo, ya no es un “topos”. Estamos deslocalizados en un flujo de estímulos que a su vez generan respuestas, las cuales ubican y crean referencias necesariamente provisionales. ¿Es halagüeña o fatal esa potencial ubicuidad? Ante la inevitabilidad de lo virtual, de la “cultura digital” y lo inmediato en la comunicación que caracteriza nuestra época, y que parece que seguirá formando parte de la vida cotidiana en el futuro previsible, cabe reaccionar identificando cómo nos afecta esta nueva realidad y cómo reaccionamos ante ella, cómo estudiarla e, incluso cómo pensar un futuro en el que las posibilidades de la tecnología audiovisual posibiliten un mundo mejor.